El pasado día viernes 4 de diciembre de 2015, en el Club Campestre Monterrey en la ciudad de San Pedro Garza Garcia, Nuevo León, México, tuve la oportunidad de entrevistar a Luis Santos de la Garza (Chihuahua, México, 1922).
Luis Santos de la Garza, ingresó al Partido Acción Nacional (PAN) en 1941, se tituló en 1945 como abogado por la Universidad de Nuevo León, fundó el (ahora afamado e influyente) despacho jurídico “Santos Elizondo” en 1965, y bueeeeeeeno…, toda su ficha curricular, y sus logros profesionales en el ámbito jurídico-político, la pueden encontrar por acá, o por acá, o en otras múltiples referencias. Pero, lo cierto, es que Luis es todo un emblema, más allá de un destacado abogado, jurista, y político, cuyas enseñanzas al día de hoy siguen vivas, yo destaco (y me quedo), con su lucidez, con visión para percibir lo que se avecine.
Muchas veces son más los mitos que uno crea de algo, o de alguien, las idealizaciones que uno inventa, las proyecciones que se construyen a la medida para adecuar una determinada realidad, y así entenderla. Queda claro, que no se puede obviar el nombre del afamado despacho de abogados al cual Luis otorga su apellido, también queda claro que la influencia de este, muchas veces, y para bien y para mal, ha servido de plataforma para obstaculizar o facilitar, ciertos fenómenos que oscilan entre lo político y lo jurídico. Entre esas zonas de penumbra, claroscuros que no terminan de despejarse y, por tanto, suelen ser bastante controversiales.
Ahora bien, creo que en tanto y en cuanto tengamos abogados politizados, operadores jurídicos que se la jueguen, que acepten sus roles y puedan manifestar, en mayor o menor medidas, sus ideologías y sus creencias, esto, tal vez, pero solo tal vez, podría ayudar a una mejor comprensión de la cuestión jurídica. A derrumbar muros entre la política y lo jurídico, y así, construir un derecho mucho más realista y funcional.
Pues algo así con Luis Santos de la Garza, su encuentro, motivado por un buen amigo, me sirvió para aterrizar esas ideas idílicas y un tanto disparatadas, escucharlo no solo fue enriquecedor sino también bastante, pero bastante, desmitificador. Muchas veces se nos olvidan que las instituciones, no son solo eso, o sea sí, digo MacCormick ya nos lo aclaró, pero el componente humano, el componente persona, muchas veces se pierde y se difumina entre ese entramado de estructuras que componen una ficción.
Me queda claro que muchas veces los grandes bufets de abogados de carácter trasnacional antes que atender al derecho, atienden a difusos intereses que impone el mercado. Pero también puedo afirmar que dentro de estos conglomerados jurídicos, existen personas que evitan sumarse a esa lógica y que, sobre todo, anhelan un mejor entorno.
Habría que apostarle más al diálogo, fomentar una cultura de argumentos y de razones, antes que de prejuicios y absurdas ideas preconcebidas. En ese sentido, agradezco a Luis Santos de la Garza por su ejemplo, por su charla, por estar sentado con un desaliñado y harapiento tipo sesenta años menor (en uno de los lugares más exclusivos de la ciudad) con total apertura y disposición. Agradezco a Luis por su tiempo, por la anécdotas, por el desayuno, por invitar a politazarnos, independientemente de la ideología que prediquemos. En tiempos en los que todos gritan, quizá, valga la pena detenernos a escuchar un poco. Sobre todo, a personas como Luis, que todavía tienen tanto, pero tanto, por decir.
A continuación las 8 preguntas sobre abogados, y algo más a Luis Santos de la Garza.
1. ¿Qué es lo primero que tienes en mente cuando escuchas la palabra abogado?
Luis Santos de la Garza (LSG): Varias cosas simultaneas, pero en orden de importancia… La primera, la estructura de un gobierno, pues esta tiene que estar descansando en un orden jurídica. Después pienso en el ejercicio libre de la profesión, y, por último, en un profesor de Universidad.
2. Menciona el primer abogado o abogada (no importando sean profesionales, profesores, políticos o bien personajes de literatura, series de televisión o cine) que se te venga en mente.
LSG: Manuel Gómez Morín.
3. Si tuvieras la oportunidad de volver atrás en el tiempo, ¿volverías a estudiar Derecho?
LSG: Definitivamente sí, incluso, ahora, con más convicción que con la que tuve al principio. Al tener 72 años de recibido, no me queda duda de la importancia de esta profesión, no solo por ser una vía de remuneración, sino, sobre todo, por tener la posibilidad de apreciar las estructuras jurídicas detrás de las que se cimientan las sociedades. Eso es importantísimo.
Además me ha tocado, y sin haberlo deseado, estar del lado privado en el ejercicio profesional, ocupar un puesto en el Poder Judicial, encontrarme también en el legislativo, entonces, eso me ha permitido contemplar lo trascendente que es el Derecho.
4. Existe un dicho popular que reza: “Existen dos clases de abogados: los bueno, que son los que conocen bien las leyes, y los mejores, que son los que conocen bien al juez”. En tal sentido, algunas personas advierten que el Derecho, que el litigio frente a tribunales, antes que ser una actividad técnica, intelectual, cuya base es la estrategia y la argumentación, resulta una profesión de relaciones sociales. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
LSG: Yo creo que hay algo de cierto en el dicho que mencionas… Yo conozco casos de aquí, de abogados que teniendo una capacidad mediana, con relaciones con jueces, tuvieron éxito económico. Ahora, al hablar de relaciones con jueces hay que distinguir, hay relaciones malas y relaciones buenas, las primeras se puede resumir en la actitudes corruptas que envilecen a los abogados, y las segundas, te lo digo a partir de un ejemplo… En una ocasión, un muy prestigiado abogado, y autor de libros de texto, de Ciudad de México, que había venido a Monterrey, me pidió ayuda para que lo acompañara a un juzgado a manejar un exhorto. Lo acompañé con el Secretario del juzgado, y este le dijo que iba a platicar con el juez para ver con qué tanta rapidez podía solventar su asunto… Regresa el Secretario, y para mi sorpresa le dice, usted es Fulanito de Tal, pues dice el juez que quiere conocerlo, que le haga el favor de pasar… y es que el juez al estudiar leyes, había estudiado sus textos. Ahí tienes una relación sana. Por eso te digo, de todo hay.
5. ¿Estás a favor o en contra del uso de la toga en la profesión?
LSG: En principio, a boca de jarro, te digo que no estoy a favor. Pues eso es dar una impresión de impecabilidad, de respeto, pero lo importante es el fondo, el contenido. Yo estoy a favor de la educación ética del profesionista. Que no se nos olvide que el afamado adagio de que “el hábito no hace al monje”.
Por extensión a tu pregunta, si todos los abogados fuéramos a los tribunales con toga, pues daríamos una impresión solemne. Yo lo he dicho, a manera de broma, aunque fueran en traje de baño, pero que los abogados actúen de forma honesta.
Es un tema de poca importancia, vamos a preocuparnos por el contenido, no por la forma.
6. ¿Es posible combinar la actividad política y militancia partidista con el ejercicio libre de la abogacía?
LSG: Sí, sí es posible. Claro que es posible. Y en cierta forma, hasta debido.
Vamos a situarnos en los abogados que están en la academia…, ellos deberían de estar participando en la política, a través de sus puntos de vista, de sus escritos, sustentando sus dichos desde el plano intelectual. Ahora, si esa vinculación la hace para otros efectos… El pecado está en esos otros efectos. Si un abogado se inmiscuye en la política para atender la petición de un cliente, para que se modifique una ley ad hoc para beneficiarse económicamente, pues eso no es participación política, eso es pura apariencia.
Yo casi diría que es un deber, moralmente obligatorio, los abogados deben politizarse, participar políticamente en su entorno para mejorarlo.
7. ¿Ante un entorno tan desigual, donde el acceso a la justicia parecería solamente poder ser alcanzado por aquellas personas que cuentan con recursos económicos suficientes para pagar un buen abogado, ¿qué rol deben ejercer los grandes despachos de abogados frente a este contexto?
LSG: Yo creo que los despachos de abogados deben tener un área para atender problemáticas sociales concretas, quizá dependerá de cada despacho la manera en cómo lo organizan, ya sea de forma directa o indirecta, pero de alguna forma deben de instituir esa cuota para quienes no tienen acceso a la justicia, una especie de diezmo jurídico a favor de su comunidad.
8. Es conocido que tu impugnación de la Ley Electoral (Ley Fraude) expedida el 27 de mayo de 1987 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (OEA) denuncia identificada como Caso 10.180 (México) logró, con la ayuda de los otros tres Diputados del PAN, que por unanimidad la CIDH declarara el 22 de febrero de 1991 procedente la Denuncia, resolviendo que dicha Ley era violatoria de los derechos humanos en materia política y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) suscrito por México.
Así entonces, te pregunto: ¿Qué rol pueden fungir los abogados como garantes de los derechos humanos?
LSG: Te lo voy a decir de esta forma… Un íntimo amigo mío de aquel entonces, y luego abogado panista, muy entusiasta, cuando se enteró que yo presenté esa denuncia (que yo en lo personal elaboré, invitando a tres compañeros a que la firmaran como ciudadanos), le resultó increíble, y cuando supo que había fallado a mi favor el órgano internacional involucrado, me dijo: “Mira Luis, yo no sé qué asunto profesional hayas tenido de éxito en tu larga carrera, pero para mi este es el más importante”. Y yo coincido con él. La diferencia es que yo aproveché mis conocimientos jurídicos, para logar un cambio. Obviamente no obtuve ningún beneficio económico, al contrario, las idas a Washington, los gastos, el tiempo que le dediqué a eso…, pero si veo hacia atrás en los años que llevo trabajo, sin lugar a dudas, este es el asunto jurídico que mayor satisfacción me ha dado, porque era una lucha muy dispareja. Éramos cuatro ciudadanos, sin apoyo del partido político involucrado, frente a la nación mexicana.
Yo cuando lo hice, no podía asegurar que iba a ganar, pero sí sentí que era mi obligación moral, como ciudadano… Y una vez ganado el asunto, tuvimos que seguir luchando por que el gobierno cumpliera el fallo, porque no era obligatorio, pero al final, el presidente Ernesto Zedillo, sí cumplió.
A mi me llegaron a acusar de traidor a la patria por acudirá a la Comisión Interamericana… y ahora resulta algo tan normal que hasta el mismo Gobierno solicita sus opiniones y la ayuda de instancias interamericanas. Algo contribuimos a ese cambio a favor de los derechos humanos.
A continuación, te diré una serie de nombres conceptos y por asociación me gustaría que respondas lo primero que se te venga a la mente:
Fernando Elizondo |
Poca gente conozco de la capacidad intelectual, formación académica y moral, como él. Entró hace ya algunos años al PAN, era la oportunidad de este partido político de alcanzar niveles extraordinarios, llevándolo al Gobierno del Estado, pero cuando él, tuvo esa oportunidad, ya el PAN estaba corrompido por grupos de interés personal, que no permitían que una gente de esa capacidad, y sobre todo honesto, destacara. Un fuera de serie, alguien a quien le admiro su generosidad. Un ejemplo difícilmente repetible, y un crimen que el PAN no lo haya aprovechado |
Justicia |
El tema que afecta a México, en muchos sentidos, es la corrupción. La injusticia se está incumpliendo por esta causa, porque el Gobierno no hace lo que le corresponde. |
Candidaturas independientes |
Una historia muy curiosa en México. A pesar que, desde hace algunos años ha sido el tema del momento, en gran medida gracias a la reforma impulsada por el ex presidente Felipe Calderón, las candidaturas independientes siempre han existido desde el momento en que la constitución da el derecho al ciudadano del voto pasivo, es decir el derecho a ser elegido |
Partidos políticos |
Algo indispensable para un régimen democrático. Pero de que sean indispensables, a que se aprovechen para olvidarse de la ciudadanía, es otra cosa |
Jaime Rodríguez “El Bronco” |
Un fenómeno. Pero no todo el mérito es de él. Los que gestaron este producto nuevo, fueron el PRI y el PAN. Al actuar los dos partidos olvidándose de la ciudadanía, obligaron a la ciudadanía a reaccionar |
Democracia |
Es el único camino que tiene un país para avanzar |
Manuel Gómez Morín |
Su obra sigue presente. No conozco a ningún ciudadano en México que sin ocupar un puesto público, haya realizado tanto por beneficiar a nuestro país y sus instituciones |
Piedras Negras |
Ahí nací |
Despacho Santos Elizondo |
Fue un sueño de estudiante, junto a Eduardo Elizondo, que se convirtió en realidad. Yo ya no estoy ahí, renuncié hace casi 2 años. El mérito fue de Eduardo y mío, al concebir la idea, pero el éxito ha sido de todos los abogados jóvenes que se han ido incorporando. Una experiencia interesante, un modelo ad hoc a las circunstancias de Nuevo León |
Joaquín Rodríguez y Rodríguez |
Para mi el maestro de maestro. El único abogado sabio que tuve oportunidad de conocer y que influyo decisivamente en mi formación |
Comisión Interamericana |
el meollo del asunto era que el gobierno controlaba los procesos electorales, pero ese mal cuando México se adhiere al Pacto de San José , ya estaba establecido |
Partido Acción Nacional (PAN) |
El esfuerzo más serio e importante en Latinoamérica que se haya realizado (liderado por Manuel Gómez Morín) para limpiar la vida política en México, e irónicamente los miembros que continuamos en el partido, esa lucha por limpiar la vida política… Ahora la tenemos que hacer dentro del partido. Se logró mucho, mucho. Pero algo nos pasó. Nos descuidamos |
Monterrey |
En México es un referente en muchos aspectos, el más socorrido es el económico, el empresarial, el de esa casta que no se limitó a ver por su éxito personal, sino también por la comunidad. Lamentablemente esa atmosfera generosa, actualmente ya no la localizo |
Eugenio Garza Sada |
El líder indiscutible de ese movimiento que puso a Monterrey en el mapa. Un adelantado. Preocupación social. Habría que volver a esos tiempos |
Eduardo Elizondo |
Alguien que en los hechos convenimos en ser hermanos. Competimos en la carrera por el primer lugar, y los dos ganamos, terminamos empatados. El no tuvo hermanos, yo sí, pero nos considerábamos hermanos, fue extraordinario.
El participo en el PRI y yo en el PAN, nunca hubo el menor riesgo de quebranto en nuestra amistad, moraleja se puede no coincidir, si se tienen otros aspectos que pueden ser comunes. En el PRI ha habido gente honesta siempre, y en el PAN eran todos honesto, hasta últimamente. El tenía ansias de actuar rápido y en aquel entonces solo era a través del PRI. Yo era más romántico, esperaba más tiempo, pero nunca hubo diferencia por ello.
Te voy a contar una anécdota muy poca referida. Yo tenía muy buena amistad con Manuel Gómez Morín, a pesar de la diferencia de edad, de hecho, actualmente vivos que puedan hablar de Manuel, yo creo que me sobran dedos de la mano… Ya estaba de gobernador Eduardo Elizondo, aquí en Nuevo León, y el “Hotel Ancira” era el centro de reunión política de aquellos años. Entonces, estaba yo desayunando en la mesa con Gómez Morín, y entra Eduardo, y pasa enfrente de nosotros, me ve, y se detiene a saludarme, yo le presento a Manuel, que se levantó muy gentil, y ya sigue Eduardo hacia su mesa. Se sienta Manuel y yo le platico todo lo positivo de Eduardo, y Manuel dijo, a manera de frase profética, que hoy me resulta increíble, “Si el licenciado Elizondo es como usted me lo acaba de narrar… Una de dos, o cambia de manera de ser, o no termina su periodo”. Y no lo terminó… ¿Cómo la ves? |
Nietos |
Tengo 16 nietos, son los que ocupan mi mente. Me ocupan y me preocupan |
Municipios |
La única cosa que se me ocurre es que se viva la democracia a partir de los municipios |
Derecho |
Mi actividad. Instrumento que comunica |
México |
Yo la visión que tengo, un tanto provinciana, es preocupante, y, para colmo, México está dentro de un escenario internacional más preocupante. Me preocupa que la miseria no se reduce, siento que el desempleo va a la alza, en especial, no me gusta que los políticos nos engañen con mensajes optimistas, que ojalá fueran ciertos pero que no se corresponden con la realidad |