Dedico este post a mi amigo Arturo Colín, como prueba fehaciente de que no he descuidado este blog desde que regresé a México.
Así fue mi jueves 13 de octubre por la mañana:
Me entero que Bob Dylan gana el premio Nobel de Literatura.
Primero me desconcierto.
Después lo asimilo.
Luego me alegro.
En seguida sigo la polémica desatada por lo ocurrido.
Termino defendiéndolo.
Finalizo escuchando su música.
No me acuerdo con quién comentaba que ha estado bien pinche raro este 2016. Hay muchas cosas que han sucedido que me rebasan. Que sencillamente no entiendo…, para ser sincero, no tengo ni puta idea qué es lo que está pasando.
Más allá de la decisión de entregar el premio más renombrado en cuestiones literarias a una persona que, preponderantemente, se ha desempeñado como músico…, me llaman la atención los puristas, los clasistas y, en general, todas aquellas personas que de entrada critican la obra de Dylan sin conocer a Dylan, o, en el mejor de los casos, comparándolo con otros escritores o escritoras. Me llaman la atención y me parecen fastidiosos, despistados y hasta ignorantes, y, por tanto, me enojan, me causa molestia saber que andan alegremente por la vida sermoneando sobre lo que se debe, o no, celebrar. Sobre una tajante diferenciación entre lo que para ellos, para estos privilegiados y lectores iluminados, significa el arte.
Qué hueva. Me dan hueva. Mucha hueva. Demasiada hueva. Un chingo de hueva.
En lo personal, la obra de Dylan me gusta y me gusta mucho. Sus letras me conmueven y me generan emociones. De los textos más lindos y agudos que haya conocido. Y me agrada que, a partir de ahora como Premio Nobel, más personas conozcan su obra. Y punto. Ni lo hace mejor que los otros galardonados, ni peor.
Este blog no va de música, ni de literatura, ni de Dylan, tampoco de los premios…, aunque me gustaría que así fuera. Va de abogados, y como tal, el cantautor estadounidense tiene algo que decir sobre el tema en concreto y también en relación al Derecho. Me limito a dos, que son las que conozco…
- La canción Ballad of a thin man donde existe una mención explícita a los abogados.
En la canción se realiza una fuerte crítica a un perfil de persona bastante común, mmm, digamos a uno de los principales prototipos que encarnó la cosificación de los seres humanos a partir de la posguerra, a ese hombre gris, hipócrita, fantoche, idiotizado por su trabajo, cuyas aspiraciones materiales dictan sus conductas, a ese precursor del godín, que tanto daño hace con su complicidad y silencio dentro de los diferentes sistemas en los que se relaciona.
La estrofa que escribe Dylan sobre cómo estas personas interactúan con los abogados es la siguiente…
With great lawyers you have
Discussed lepers and crooks
You’ve been through all of
F. Scott Fitzgerald’s books
You’re very well read
It’s well known
Existen así de que quotes, imágenes, y todo sobre la misma… O sea, es tan famosilla que se replica, aunque creo que se saca un tanto de contexto, pues si solo se hace alusión a los abogados, difícilmente se puede entender como crítica. Así que ojo.
Una campechana traducción, con la ayuda de mi amiga Diana Blanco, sería, más o menos, la siguiente…
Con grandes abogados has discutido
de leprosos y bandidos
así como también has leído
de Scott Fitzgerald
todos sus libros
La ironía es manifiesta y el verso genial… Por acá el link a la canción en Youtube.
- El otro, es un estudio realizado en 2007 sobre los compositores más citados por jueces y académicos estadounidenses donde Bob Dylan fue el número 1, con 186 menciones.
La verdad sobre este dato tengo más bien poco que decir, pues este artículo, titulado “Bob Dylan, inspiración de jueces y abogados“, replicado por el diario mexicano Vanguardia, lo explica todo de muy buena manera.
Termino con algo personal, anecdótico y coyunteral relacionado con este último punto… En el paper más reciente que escribí, de próxima publicación en un libro de Tirant, inicio citando a Bob Dylan, y cuando saqué a pasear mi trabajo a varios seminarios para discutirlo, varios (despistados) colegas , dijeron que fuera serio… ¡En su carota! Ahora cito a un Premio Nobel.
P.D. Prometo próximamente post de Juanga y los abogados.