Monthly Archives: November 2015

El invierno pasado fue tan frío que se comenta que vieron pasar a un abogado con las manos en sus propios bolsillos…

Voy llegando a Monterrey y hace frío, no mucho, pero hace frío, friíto pues, once grados, nada del otro mundo, pero después de casi tres meses de viajar por la tropical Latinoamérica esto me parece la Antártida.

Aunque todavía faltan un par de semanas para que acá (en esta parte del hemisferio) llegue el invierno, me acordé que tenía este meme, que en realidad es un chiste que se adecuó a dicha imagen, y ahora la posteo.

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Memes sobre abogados

Evento: Presentación del libro “Derecho a la competencia en México”

Mañana jueves a las 7pm, en el CIDE, se presenta un libro (publicado por editorial Porrúa) que como abogados habría que ponerle atención ya que aborda una de los temas más importantes que se están desarrollando en México: derecho a la competencia.

Según me enteran, “dicho libro es una colección de estudios elaborada con diversas perspectivas jurídicas y económicas de abogados, consultores, funcionarios, juzgadores y académicos, las cuales enriquecen una discusión centrada en los temas más importantes de la competencia económica“. Entre tales académicos, funcionarios, y abogados se encuentran varios buenos amigos como maestro Xopa, el investigador de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, Rodrigo Morales, y mi mejor amiga Jessi González, así que bueno habrá que leerlos y tenerlos en el radar.

En la presentación estarán Sergio López Ayllón, Eduardo Pérez Motta, Carlos Mena Labarthe, Laura A. Méndez Rodríguez y como moderador maestro Xopa.


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Evento: 50 años de “Notas sobre Derecho y Lenguaje. Homenaje a Genaro R. Carrió”

Genaro R. Carrió fue un gran abogado y un gran teórico del Derecho, y, en palabras de Atienza, la teoría del Derecho sin duda contribuyó a que fuese tan buen abogado. Dicha influencia se puede ver reflejada en un estupendo librito que escribió dando consejos a los abogados noveles, librito que no es tan conocido, en comparación con su magna obra “Notas sobre Derecho y Lenguaje”, que precisamente este 2015 cumple 50 años.

En tal sentido, mañana miércoles y también el jueves, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, habrá unas jornadas en homenaje a Carrió. Por allá estarán varios buenos amigos hablando sobre su obra y diversos temas afines. La entrada es libre.


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8 preguntas sobre abogados (y algo más) a Reyes Rodríguez Mondragón

El pasado día viernes 11 de septiembre de 2015, en la Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), tuve la oportunidad de entrevistar a Reyes Rodríguez Mondragón (Ciudad de México, 1974).

Screen Shot 2015-11-19 at 4.12.00 PMReyes Rodríguez funge actualmente como uno de los tres magistrados de la Sala Regional Monterrey del TEPJF. Sus estudios comprenden la licenciatura en derecho en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Maestría de Administración y Políticas Públicas en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y otra Maestría en Derecho y Sociedad del reputado Instituto Internacional de Sociología Jurídica en Oñati, España. En el ámbito profesional se ha desempeñado dentro de la administración pública federal en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Instituto Federal Electoral (IFE) en el Senado de la República y en el ámbito académico fungió como director de la Licenciatura en Derecho del CIDE, o sea, en pocas palabras, un todo-terreno.

Por paradójico que parezca, conocí al Magistrado Reyes hasta que me fui de Monterrey. O sea, vamos a ver, sabía que la Sala Regional Monterrey estaba haciendo cosas interesantes, y que estaban trabajando en el Tribunal personas muy capaces, pero eso era todo lo que sabía, esta desatención probablemente obedezca a un sesgo mío y también a mi ignorancia, pero bueno cada quién sus traumas y fantasmas.

En lo personal el derecho electoral me parece más bien poco interesante, o sea me imagino un órgano como el IFE, digo como el INE, o como el TRIFE, digo como el TEPJF, que se encargan de velar y desarrollar, con la misma minuciosidad derechos como la educación o la alimentación y me entusiasmo. Me imagino el mismo boom que ocurre en la teoría jurídica electoral que en la relativa a los derechos sociales y digo va. Y no, de hecho cada vez me parece más sensato no votar y desentenderme, poco a poquito, del sistema, pero bueno, lo cierto es que dentro de ese mundo que es el derecho electoral se están gestando propuestas y transformaciones importantes que tienen un impacto en todo el sistema jurídico.

El tema es que recién llegaba a Alicante y una noche, tomándome unas cañas con muchos pero muchos abogados (con gente aburrida que, por lo general, solo suele (y puede) hablar de derecho, y bueno yo sé aparentar muy bien, tan bien que esa noche me salieron gratis las cervezas), y de repente, en algún momento alguien me preguntó que de dónde era y contesté que de Monterrey. Acto seguido varios de los ahí presentes me dijeron “Ahhhh de los que están haciendo muy bien las cosas en materia electoral”. Y yo dije: Ajá. Y replicaron, “qué interesante ese nuevo modelo de sentencias”, y yo dije: Ajá, tremendo. Después, alguien dijo que el modelo debería ser exportado a todo el país, otro que era un ejercicio de imaginación increíble, y otro más que como práctica argumentativa tenía mucho potencial. Yo hice mi mejor cara y desvié la conversación para evitar hablar del tema, porque sería inadmisible que el regio no supiera del nuevo modelo de sentencias, casi casi tan imperdonable como si un genovés no supiera de filosofía analítica, o que un cordobés no supiera de lógica deóntica, un pecado de ese tamaño.

tepjf-monterreyTerminó la noche y me fui a mi dormitorio a leer sobre el modelo de sentencias de la Sala Regional Monterrey del TRIFE, digo del TEPJF, y preguntando e investigando me llevé la sorpresa de que precisamente ahí era donde se encontraban laborando tanto Pame Teutli, como Arturo Colín, probablemente no solo dos de los mejores estudiantes que he conocido durante el tiempo en que tuve la oportunidad de dar clases en la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, sino dos de los mejores amigos con los que cuento. Un par de personas capaces y muy sagaces pero, sobre todo, con una gran calidad humana. A veces medios impuntuales, me refiero en lo que respecta a su proyecto de tesis, pero convencido de que llegarán lejos (si algún día se titulan). Recordé que por ahí había pasado también Nora Picasso, Aarón Segura (aunque en otra ponencia), después también me enteré que por ahí se encontraba mi buen amigo Polo Gama, y ya después vi la formación de quien los lidera, del magistrado de la ponencia, y todo hizo “click”.

No es este un post para explicar el “nuevo modelo de sentencias” del TRIFE, digo del TEPJF (ya vendrá después), pero creo que es algo que cualquier abogado, cualquier jurista, pero sobre todo cualquier ciudadano debería conocer. Es en lo que creo, una nueva manera de afrontar el derecho, y de intentar cotidianizarlo. Como dije líneas arriba, o cómo di a entender, el derecho electoral me parece poco interesante, pero con las personas tan interesantes que están dentro del mismo, no me queda más que ponerme a estudiar derecho electoral.

Agradezco la buena disposición de la gente que conforma el sistema electoral, que estoy seguro que aunque no son todos iguales, sí hay bastantes intentando repensar el derecho. A Pame y Colín por su amistad y conseguirme la entrevista con el Magistrado. Al Magistrado Reyes por su amabilidad, su creatividad, pero sobre todo porque tengo la sospecha de que se identifica con una frase que me gusta mucho y que le robé a Iván García Gárate, porque es un abogado, un operador jurídico que cree más en la sociología que en el derecho.

A continuación las 8 preguntas sobre abogados, y algo más a Reyes Rodríguez Mondragón.


1. ¿Qué es lo primero que tienes en mente cuando escuchas la palabra abogado?

Reyes Rodríguez Mondragón (RRM): Resolutor de problemas, una profesión social.

2. Menciona el primer abogado o abogada (no importando que sean profesionales, profesores, políticos o bien personajes de literatura, series de televisión o cine) que se te venga en mente.

RRM: Alicia Florrick, de The Good Wife. Olivia Pope, de Scandal.

3. Por lo que sé, al inicio de tu vida profesional ejerciste la abogacía a través de un despacho de abogado, ¿cómo recuerdas esta experiencia?

RRM: Fue muy poco tiempo, más o menos durante un año, y no era un despacho tradicional sino una consultoría donde me encargaba del área de estudios legislativos.

Durante gran parte de la licenciatura mi interés versó sobre el trabajo legislativo, de hecho mi tesis (la cual fue defendida ante Luis Raigosa, Rodolfo Vázquez, y Leticia Bonifaz) la realicé sobre teoría de la legislación y racionalidad en el sistema jurídico, tema que parece bastante teórico, pero que cuenta con importantes intereses prácticos.

Yo lo que quería al salir de la licenciatura era trabajar como asesor en el Congreso, lo cual nunca hice, formalmente hablando, hasta el 2012 que fui Secretario Técnico de la Comisión de Justicia de la Cámara de Senadores, entonces, derivado de mis estudios durante la licenciatura y de mi participación en algunos proyectos en 1999, me invitaron algunos profesores del ITAM a integrarme a esa consultoría. Ellos llevaban las áreas de litigio y yo me encargaba del área de consultoría y particularmente me enfocaba a trabajar en la elaboración de propuestas de reformas legales. Por tanto, era un trabajo muy de escritorio, de resolutor de problemas, sí, pero desde esta perspectiva de lo público y de la ley. 

Nunca he trabajado como abogado, es decir, nunca he tenido que enfrentarme a la tradicional relación entre abogado-cliente que es más propia del litigante o del abogado corporativo. Inclusive cuando trabajaba en la administración pública, en el área jurídica, mi función siempre fue la de revisar lo que hacían los abogados y asesorar en la toma de decisiones, es decir mi aproximación al ejercicio de la abogacía ha sido predominantemente la del abogado-consultor.

De hecho, yo me he pensado como un administrador público, trabajando con el derecho, antes que propiamente como un abogado.

4. ¿Deben los abogados saber sobre sociología jurídica?

RRM: Sí. Para empezar, los abogados deben saber metodología, no solo de investigación sino metodología para analizar textos, para plantearse problemas y preguntas y creo que lo que aporta la sociología jurídica a la formación tradicional del derecho, es en primer lugar una metodología de aproximación y análisis de los problemas de la realidad jurídica y sus consecuencias. 

La sociología tiene un contenido empírico, un enfoque para analizar la realidad y para eso necesitas un método y a los abogados nos falta ese método, metodología.

En segundo lugar, la sociología jurídica genera en los abogados una conciencia de la relevancia del derecho en la sociedad y los efectos que tiene en cuestiones prácticas. Las decisiones, el litigio, las asesorías, las resoluciones de un tribunal nutren al derecho y, éste contribuye al cambio social. De esta manera, un abogado se da cuenta de la importancia que tiene lo que decide en la sociedad, en las relaciones entre personas, en los incentivos de los actores políticos y sociales.

Y en tercer lugar, los abogados hoy en día necesitan una visión interdisciplinaria. No es suficiente con el dominio de la técnica jurídica, de la doctrina legal, de la jurisprudencia de los tribunales, etcétera. Como jurista, necesitas una visión que te permita estudiar las diferentes aristas de los problemas, y la sociología es muy amplia ya que facilita el acercamiento a una pluralidad de visiones, de enfoques, de fenómenos sociales, económicos y políticos… La sociología del derecho, aunque sea tangencialmente, te acerca a otras disciplinas. Se necesita una perspectiva inter y multidisciplinaria para hacer un buen trabajo como abogado que responda a la responsabilidad social que tiene y que responda, además, a la competencia del mercado.

5. ¿Estás a favor o en contra del uso de la toga en la profesión?

RRM: No estoy ni a favor ni en contra.  

¿Quién usa la toga? Los jueces, o sea uno trabaja como juez, no es juez. Si para trabajar como juez es un requisito usar la toga, pues que esta sea usada. Si no es un requisito o una formalidad necesaria… no sé qué agrega en realidad.

Entiendo el uso de la toga como un elemento más de las formalidades en el sistema legal y en la profesión.  

La profesión, y el derecho en general, están llenos de formalidades, y no lo digo con un sentido peyorativo o despectivo. Así es el derecho. Las instituciones legales requieren de formas y las formalidades también comunican.

La toga creo que podría comunicar algo valioso en una ceremonia de graduación, distingue a quienes están recibiendo un grado; probablemente en un recinto, en un tribunal, también pueda ser un signo distintivo de quienes tienen ahí el poder de tomar una decisión, o de quienes tienen la facultad de dirigirse a los juzgadores, y entre los abogados. Pero más allá de esa función distintiva no estaría ni a favor ni en contra.

No encuentro una razón práctica de peso, más que la comunicación.

6. Uno de los postulados clásicos del realismo jurídico clama porque el derecho, antes que identificarse como un conjunto de normas formalmente válidas, debería empatarse con el comportamiento efectivo de los jueces. En materia electoral, creo que esto obtiene mayor importancia, pues muchas veces quienes litigan casos frente al tribunal continuamente evocan cuestiones de índole política, o que sencillamente develan relaciones de poder donde el derecho parecería no bastar. ¿Cómo deciden los jueces? ¿Qué opinas sobre el componente poder-político al decidir en materia electoral?

RRM:. Yo creo que aquí hay dos preguntas distintas. Una tiene que ver con ese postulado del realismo donde la definición del derecho está dada por lo que los pragmáticos, los de la escuela pragmática norteamericana (por ejemplo Pound), denominan derecho en acción, es decir, lo que es derecho es lo que deciden los jueces. Esta es una visión que responde también a la concepción que tienen del derecho aquellos que ven al derecho como una profesión, antes que como una ciencia; esos postulados nos ayudan a entender, como dijiste, que el derecho está en función de la conducta de los jueces.  

Ahora bien, creo que el objeto de estudio de eso en realidad son los jueces, y lo que nos estarían diciendo, de alguna manera, es que los jueces deciden conforme a su ideología, conforme a sus valores, conforme a sus concepciones de la vida, y conforme a sus concepciones del derecho. Ello no sería exclusivo del ámbito electoral, que esa sería la otra parte de la pregunta… No sería exclusivo de problemas donde pueden existir factores extranormativos. Me gustaría distinguir esta pregunta en dos niveles.

Uno, nos problematiza sobre la concepción del derecho como aquello que deciden los jueces, y también nos problematiza cómo deciden los jueces. Y otra es, qué tipo de problemas jurídicos, necesariamente, nos obligan a tener consideraciones normativas y extra-normativas.

Sobre lo primero, creo que la importancia de la judicatura en México, y en países del civil law, se visibiliza cada vez más. Creo que en las escuelas de derecho, los académicos no pueden ignorar las decisiones de los jueces, ni como objeto de estudio, ni para entender lo que llamen derecho. 

Ahora, que si los jueces deciden conforme a su ideología, sus valores, etcétera, pues ahí existe un debate importante. Seguro conoces este libro “Izquierda y derecho” de Duncan Kennedy, que es el que en estos momentos recuerdo como aquel que sintetiza esa discusión. En mi opinión, sí. Los tribunales, los jueces, gran parte de sus decisiones están movilizadas por lo que ellos piensan que es el derecho, esto es por una ideología, sí, por sus concepciones del mundo, pero esto no significa que decidan o actúen fuera de los parámetros legales, o fuera de lo que la constitución, el orden jurídico, obliga.

No comulgo con las posiciones extremas. Ni con aquellos que piensan que los jueces deciden como quieren y no tienen constreñimientos institucionales, ni con los que, en el extremo opuesto, piensan que los jueces en realidad son solamente la boca de la ley, y que su única función se limita a hacer hermenéutica de la ley, donde no existe un ingrediente valorativo. En mi opinión, sí lo hay, pues nuestra propia concepción del derecho nos va orientando sobre cómo interpretamos la ley, nuestra concepción de la democracia (entrando al tema electoral) nos guía también a cómo interpretar y aplicar el derecho y las reglas del juego electoral para resolver problemas de ciudadanos o partidos políticos, muchos de esos problemas no tienen respuestas textuales en la ley, por lo menos explícitas, o tan evidentes, y entonces hay que desentrañar y hay que argumentar y construir decisiones, con la responsabilidad de sus efectos en el sistema electoral y político. Y cuando uno argumenta, tiene que elegir entre diferentes tipos de razones, y me refiero a lo sustantivo, a lo que le vamos a dar relevancia para tomar una decisión.

Por ejemplo, cuando uno resuelve un problema sobre paridad de género, creo que sí existe un ingrediente ideológico al enfrentarnos a una norma que establece la obligación de postulación de candidaturas en distritos, por ejemplo en los más competidos y en los menos competidos, en donde debe existir una distribución entre hombres y mujeres con igual probabilidad de que sean electos; en estos casos sí hay una concepción ideológica al decidir si cumpliendo con un mínimo de distritos competitivos atiendes a la finalidad de la ley, o, por el contrario, al decir que debe existir una distribución igualitaria entre distritos ganadores y perdedores entre hombres y mujeres.

El derecho en general, creo que tiene que considerar componentes extralegales, por ejemplo en un conflicto entre vecinos. Yo tengo derecho a que no hagas ruido a partir de tal hora de la noche, hay un número de decibeles permitidos para escuchar música, tengo derecho a que la basura no se deja afuera de las puertas de los condóminos, sino a que haya un lugar donde se deposite la basura… Y nos preguntamos constantemente, por qué nuestros vecinos dejan la basura afuera de la puerta, por qué alguno de nuestros vecinos supera el límite permitido y no llamamos a la policía, y por qué no los denunciamos una vez, dos veces… Porque tenemos que considerar cuestiones culturales, o sea porque hay una interrelación social, por un elemento extralegal que nos pone un límite de tolerancia.

Sirvan estos ejemplos de conflictos mínimos para abordar la materia electoral, pues en el derecho electoral tienen lugar conflictos políticos, conflictos en el poder, de acceso y de ejercicio, de la representación política, entonces necesariamente van a existir elementos conductuales que van a ser considerados como relevantes, o irrelevantes, para resolver un problema. 

Eso no significa que se decida políticamente, creo que hay una confusión. Yo en algunas charlas con colegas, en algunas conferencias, o aquí mismo en la ponencia, digo que el derecho es política, creen que entonces las decisiones son políticas, no, nada más equivocado, las decisiones son jurídicas, el componente relevante de la decisión está guiado por lo legal. Pero el fenómeno sobre el cuál se decide es un fenómeno político, es un fenómeno de poder, y hay que considerar eso y los efectos en ese ámbito. Y la competencia política está reglada, y los actores, evidentemente, siempre se van a comportar tratando de maximizar sus intereses, y las decisiones jurisdiccionales los ponen en perspectiva y en un balance entre los derechos de los competidores en los procesos electorales, o en general en la vida política. Qué normaliza sus conductas cómo democráticas, qué pone límites a lo que pueden hacer, qué modera la maximización de sus intereses: las reglas y las decisiones judiciales; entonces los derechos son incentivos y desincentivos, y muchas veces las decisiones de los operadores jurídicos van a moldear las conductas y los incentivos políticos.

No podemos dejar de lado, no podemos ignorar, si queremos considerar los efectos de las decisiones en la política los elementos extra-normativos.

El tema de la cultura política del ciudadano, también es algo en lo cual los tribunales electorales inciden al momento de tomar decisiones.

7. Cuando estaba en España, una de las principales inquietudes y preocupaciones de varios amigos de allá era el tratamiento del fenómeno electoral en México. Una cierta eclosión tanto teórica como práctica por erigir un amplio sistema que se encargue de velar por los derechos políticos. Muchos abogados se dedican y escriben y se especializan sobre el derecho electoral. ¿Hay un boom por la materia electoral en México? ¿A qué crees que se deba esto?

RRM: Es muy interesante la pregunta porque viene de fuera, porque desde fuera se preguntan qué está pasando en México, y no sé si inclusive lo dicen con preocupación, que a veces lo electoral está tomando en la discusión pública, y mediática, un papel que no lo tenía antes. Y los tribunales están decidiendo lo que compete a los electores.

Sin pretender darte una explicación completa y muy comprensiva, me atrevería a aventurar algunas hipótesis.

Creo que esto es resultado, sobre todo, del diseño institucional y las prácticas que tenemos. ¿Por qué hay más abogados en materia electoral? ¿Por qué hay más conflictos en materia electoral? Pues porque hay más dinero en la política. Cada día hay más dinero invertido por el Estado mexicano, por los ciudadanos en lo que es la arena electoral. Una hipótesis es esa, tenemos más inversión en instituciones electorales, en las campañas, en los partidos, en la política en general.

Dos, hay una sobrerregulación. No solo todo está bastante bien regulado, sino que está en exceso regulado. Hay una sobrerregulación de las diferentes formas de expresión, de acceso a la radio y a la televisión, del financiamiento, de la fiscalización, de la propaganda, de los partidos políticos, en fin, y al existir una sobrerregulación hay más problemas y, por tanto, más demanda de servicios.

Tres, esta sobrerregulación de la que hablo, y la creación de instituciones como el INE, el Tribunal Electoral, han hecho muy técnico el derecho electoral. Cada vez lo hacen más técnico, entonces realmente necesitas un expertise, una especialización en materia electoral si quieres tener éxito como sujeto regulado, como candidato a un cargo de elección pública, porque necesitas conocer no solo el lenguaje, sino también las prácticas de la dinámica jurisdiccional-electoral, o administrativa-electoral. Y esta especialización está acompañada de una exigencia temporal que no hay en otras materias, aquí para impugnar tienes 3 días, 4 días, para resolver hay una exigencia en todos los niveles: administrativo y jurisdiccional, los abogados tienen que responder muy rápido. Entonces si tienes que hacer una demanda en 3 o 4 días, necesitas un abogado que conozca realmente la materia. Hay una creación de jurisprudencia muy abundante, y hay, sobre todo, un incremento en la litigiosidad.

Y cuatro, porque la arena electoral se ha convertido en una forma de comunicación política también, el tema electoral se ha llevado a la arena mediática. Se puede hacer campaña a través del litigio electoral o se puede buscar incidir en las campañas al llevar conflictos a la arena administrativa o a la arena jurisdiccional, entonces se ha vuelto parte de la misma competencia mediática.

Hay un quinto, pero la verdad no sé cuánta fuerza tenga porque es más teórico, y es que la legitimación del ejercicio del poder se ha visto nutrida por la institucionalidad electoral. Lo electoral tiene mucha presencia y penetración porque ha sido, en la transición democrática, un factor que añade legitimación. Hoy en día encontramos todavía casos en que se dice, “Oye, la elección fue muy competida”, o “tal elección fue muy cuestionada”, pero luego viene una autoridad, que es el Tribunal Electoral, y la valida, algunos están de acuerdo y entonces los que están de acuerdo lo ven como un ingrediente de legitimación de su triunfo electoral. Creo que también eso tiene un valor en sí mismo para los actores de la competencia y lo van a comunicar a la ciudadanía.

Esos serían, yo creo, los cinco factores que explican este boom.

Quiero destacar el tema del dinero. De entrada hay un subsidio importante en la materia electoral que permite que los partidos políticos tengan abogados de planta pagados por el financiamiento público, que tengan una representación en el INE, o para contratar abogados externos que les llevan los juicios, etc. Los partidos políticos se han convertido en “repeat players”, en jugadores repetitivos del sistema legal electoral, ellos tienen muchas veces interés no solo en resolver su caso, sino en sentar ciertos criterios para el futuro, porque eso o les da certeza o les permite poner límites a sus competidores, entonces litigan estratégicamente y están financiados. El INE paga la oficina de representación de los partidos políticos, o sea es un subsidio. Las oficinas de los partidos políticos también operan con financiamiento público, entonces tienen abogados “gratis”, además pueden destinar a contratar consultorías o servicios de litigio externo, que a veces necesitan, ¿por qué?, porque requieren de ciertos especialistas o porque la cantidad de trabajo los rebasa. Los subsidios en la política les ha permitido enfocar sus esfuerzos en esta excesiva litigiosidad electoral.

Y la litigiosidad electoral genera discusión pública, no sé si el costo institucional se justifique con el beneficio social de eso, pero lo que sí tiene es un valor, o un efecto colateral en términos de que haya más discusión pública, y más información, que la gente pueda darle seguimiento a las campañas que a veces resultan muy aburridas.

En general, es eso, y también un contexto de cultura política que lo permite. Que haya un boom de estos temas es porque le permite a los partidos políticos estar presentes permanentemente.

La profesión legal se define por su lenguaje especializado, por ofrecer servicios con un cierto valor, si no, no sería una profesión especializada; entonces, tanto los abogados como los operadores hemos contribuido a hacer una profesión legal-electoral, con un lenguaje muy técnico que sirve para visibilizar el valor que tiene. El valor es esa legitimación del triunfo.

8. Ha tenido mucho éxito el denominado “Nuevo modelo de sentencias” que, precisamente, tiene su origen en este lugar. En lo personal, me parece una muy buena forma de hacer más accesible el derecho, de democratizarlo, y quitarle ese hermetismo que tanto lo caracteriza. ¿Podría esto ser implementado desde la perspectiva de los abogados al momento de redactar sus sentencias?

RRM: No sería políticamente correcto que sea yo quien diga que este modelo ha tenido éxito, pero de todos modos quiero moderar eso. Yo no sé si ha tenido mucho éxito, porque tampoco lo hemos medido y el éxito se tiene que medir, de alguna forma evaluar el resultado.  

Hemos tenido evaluaciones del modelo de sentencias que trabajamos con personas como Raymundo Gama, egresado de Alicante, o de Argentina como Jorge Cerdio, o Luis Raigosa, que también estudió en España, ellos nos han ayudado a realizar un trabajo de evaluación del modelo de sentencias no tanto de los resultados sino del modelo en sí mismo, cómo está siendo percibido por destinatarios, por parte del auditorio al que nos dirigimos que es: secretarios de estudio y cuenta de Sala Superior, de salas regionales, algunos abogados, magistrados de tribunales electorales estatales, se perciben aspectos, digamos, de ventaja y de desventaja.  

En general, se encuentran ventajas. Yo creo que el éxito va a depender de si cuando los tres magistrados que integramos esta Sala Regional dejemos de integrarla, el modelo se conserva. Porque para que un esfuerzo de este tipo tenga éxito debe ser un objetivo de las instituciones, entonces debe trascender a las personas y uno de los factores que nos ayudaría a medir si tiene éxito o no, es si la profesión legal, los practicantes, los abogados adoptaran algunas de las características del modelo de sentencias de la Sala Regional de Monterrey, como tal no son solo características propias de esta sentencia, sino de cualquier documento jurídico, o de cualquier documento legal. Entonces las demandas que escriben los abogados, o los documentos que los abogados les entregan a sus clientes para dar a conocer los fallos judiciales, podrían tener estas características: un lenguaje claro para poder comunicar de forma más eficiente, ser concretas al plantear los problemas, en su identificación, es decir, tener la capacidad de comunicarrlo el derecho en un lenguaje accesible.  

El comunicar en lenguaje accesible no solo es una obligación de las instituciones públicas, yo creo que la profesión legal tiene esa responsabilidad social y en esa medida tiene que comunicar el derecho de la manera más clara posible.

Nos falta profundizar en nuestra cultura legal porque nos falta comprender lo que hace la profesión, lo que hacen los operadores jurídicos, lo que hacen los jueces. O sea, la llamada cultura legal externa, precisamente, necesita que le traduzcan la cuestión jurídica. 

Es importante llamar la atención respecto a aquellos que hacen cine, que hacen series, que hacen literatura sobre fenómenos legales para dar a conocer lo que es el derecho, pues lo hacen mucho mejor que nosotros mismos como profesión. 

Nosotros en México, los abogados en general, cualquiera que sea nuestra función, tenemos mucha dificultad para explicar con claridad lo que hacemos. La cultura legal se va afianzar en la medida en que la ciudadanía pueda asimilar para qué sirve el derecho y qué contribución tiene en nuestra sociedad. Los documentos legales deberían elaborarse en un lenguaje sencillo, comprensible. Sí se puede, porque no son características propias de una sentencia, son características del lenguaje, de la estructura de un documento, es saber comunicar en un lenguaje claro, de manera directa, identificando con precisión los problemas, dando respuestas utilizando un lenguaje de lo más sencillo que se pueda, y bueno la verdad es que no lo hemos logrado del todo.

Muchas veces cuando hablo de un lenguaje llano, los abogados siempre dicen no porque nosotros tenemos un lenguaje técnico y el componente técnico siempre va a estar y la decisión debe responder a esa exigencia técnica, que es propia de la profesión y de nuestro compromiso con el orden jurídico. Pero eso no significa que no debemos hacer algún esfuerzo para comunicarlo de manera asertiva. Creo que la toma de decisiones es un proceso técnico, y la comunicación de esas decisiones podría hacerse en un lenguaje mucho más comprensivo.

Y además, con este cambio, ganarían los abogados, ganarían en términos de prestigio social, en términos de sus relaciones con sus clientes, en realidad ganaríamos en conjunto todos. No hay riesgo de que después digan, ¿para qué necesito un abogado? Creo que es una apuesta para que todos ganemos en términos de cultura legal.

A continuación, te diré una serie de nombres y conceptos y por asociación me gustaría que respondas lo primero que se te venga a la mente:

ITAM Escuela de derecho con perspectiva multidisciplinaria
Distrito Federal Objeto de estudio para la sociología del derecho
Jordi Ferrer   Un buen académico
Scandal Una serie para aprender de comunicación y para confrontar los   dilemas entorno a la justicia, la ética y la política
San Sebastián Una experiencia sensorial, gastronómica, del entorno
Ana Laura Magaloni Académica apasionada por la profesión legal y brillante. Una persona que respeto y admiro
Candidaturas

Independientes

 

Institución en construcción. Dilemas por resolver

Ditter Nolen Académico que ha contribuido, de manera muy importante, a la ciencia política de Latinoamérica
Salud
Monterrey Ha superado mis expectativas
Feminismo El movimiento social más importante del siglo XX
Benito Nacif Buen tomador de decisiones, considera el binomio política y derecho. Un maestro
SCJN Institución clave de la transición democrática en México
Oñati Un espacio para la creatividad y el aprendizaje
Justicia Vacuidad
Mario Ledezma Fue mi profesor de derechos humanos
CIDE Espacio público de formación y discusión académica relevante
Tribunal Electoral Institución para la consolidación de la democracia electoral
Yoga Armonía. Práctica que recomendaría a todos los abogados
Derecho Está en todas partes

Jueces, privilegios y derecho moral a administrar justicia por Juan Iosa y Juan Jesús Garza Onofre

Conocí a Juan Iosa mientras vivía en Madrid durante 2012, coincidimos en varias reuniones, seminarios, y creo que la última vez que lo vi fue en un bar por Callao mientras jugaba México vs. Croacia en el mundial de fútbol pasado. No lo había vuelto a ver hasta el día de ayer lunes, solo que ahora en su Córdoba, Argentina, en el marco del afamado “wine seminar” que conduce Pablo Navarro.

Precisamente, ayer por la mañana Juan escribió esto en Facebook, que me llamó la atención:

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Me llamó la atención por dos motivos.

  • Uno, por que es una problemática común en México, un tema que poco se ha tratado y que resulta bastante hermético al momento en que se quiere abordar.
  • Y dos, porque en el “wine” después de que se discutió un texto de Von Wright sobre Wittgenstein y la tradición, (ah y después de que obviamente se discutiera sobre las próximas elecciones presidenciales) se armó una álgida discusión entre los asistentes sobre el papel de los juzgadores, los privilegios, la moral, e incluso el positivismo, y Dworkin, es decir sobre lo que había escrito Juan en Facebook.

Sinceramente yo me limité a escuchar, estaba muy divertido viendo lo que ocurría, pero lo cierto es que me sentía mucho más afín a lo que argumentaba Juan. Tanto así que hoy por el mediodía al intercambiar mensajes, me comentó que escribiría algo de lo de ayer, le dije que contara conmigo, y bueno, se puso a escribir, me puse a escribir y salió esto.

Si algunos (en especial los jueces y los funcionarios judiciales) están interesados en agregar sus ideas al respecto, refutar, etcétera, más que invitados, pues de eso se trata.


Jueces, privilegios y derecho moral a administrar justicia

Por Juan Iosa y Juan Jesús Garza Onofre

12029086_988644291199546_637494985_n¿Son los jueces y demás funcionarios judiciales unos privilegiados dentro de nuestra sociedad?

En caso que lo sean ¿tienen derecho moral a administrar justicia sobre aquellos que, en buena medida, son víctimas de la injusticia estructural de la que los jueces se benefician? ¿No podría decirle el desclasado, el excluido: ”tú no tienes derecho a juzgarme?”

El punto es que, al menos prima facie, parece haber una profunda contradicción entre ser beneficiario de un sistema social injusto y pretender, desde ese lugar, juzgar y administrar justicia sobre los que están del lado de los perjudicados por ese sistema.

Nuestra intuición es que los jueces son de hecho unos privilegiados y que ello los invalida moralmente para ordenar se aplique la fuerza pública sobre las víctimas de la injusticia estructural.

Van algunos argumentos a favor de ambas cosas, y algunas objeciones posibles. Aquí nada es concluyente de modo que esto es una invitación a los que les interese sumarse a opinar, a ver si entre todos arrojamos un poco de luz sobre el tema.

En primer lugar está la cuestión de si los jueces y demás funcionarios son unos privilegiados. Definitivamente, no son los que más ganan en nuestra sociedad. Además muchos ganamos muy por arriba del nivel de pobreza. Entonces, ¿somos todos los que ganamos por arriba de esa línea, privilegiados? Sin duda en un sentido lo somos, al menos desde el punto de vista del que tiene ingresos por debajo de ese nivel. Pero si bien es necesario que la mayoría de nosotros tomemos conciencia de que en ese sentido somos privilegiados y nos hagamos cargo de las responsabilidades morales que eso implica, necesitamos, parece, un estándar objetivo que excluya de las consecuencias morales de imputar privilegio al menos a buena parte de los que meramente están por sobre la línea de pobreza.

¿Qué significa ser un privilegiado? ¿Qué criterio podríamos construir para decidir a partir de qué nivel de ingresos se es un privilegiado? Sobre esto hay un montón de literatura, pero nos quedemos con lo que podamos pensar nosotros, ahora.

Tal vez podríamos llamar económicamente privilegiados a aquellos que ganan más del promedio de ingresos en la sociedad en cuestión. Este criterio habría que corregirlo usando algo así como el principio de la diferencia de Rawls: las mayores remuneraciones están justificadas en la medida en que tiendan a favorecer a los que están peor en la escala social. Está bueno que un juez o un neurocirujano, por ejemplo, gane un poco más que la media, en la medida en que eso va a incentivar a que haya jueces y neurocirujanos, y esto a la vez va a redundar en beneficio de todos y particularmente de los que menos tienen.

Bien, suponiendo que algo así es un criterio de privilegio, nuestra intuición (y esta afirmación requeriría una justificación que no daremos aquí) es que los jueces no sólo ganan por arriba del promedio social sino que ganan incluso más que lo que el principio de la diferencia puede justificar.

searchUn juez de Cámara de Córdoba, Argentina, gana cerca de 100 mil pesos argentinos, es decir, aproximadamente 10 mil dólares al cambio oficial, por mes.

En México, el presidente de la Suprema Corte tiene ingresos que ascienden a los 25 mil dólares mensuales, y los Magistrados de Circuito cotizan cerca de 15 mil dólares al mes.

¿Qué consecuencias morales se siguen de que un juez sea un privilegiado? Es común afirmar que el derecho incluye necesariamente una pretensión de corrección, de justicia. No es que necesariamente sea justo, pero al menos pretende serlo. El juez debe aplicar el derecho con la idea de justicia en mente, debe resolver los casos a los que se enfrenta de tal modo que su interpretación del derecho lo muestre en su mejor luz moral. El derecho en su mejor luz moral necesariamente debe ser una herramienta que nos lleve a una sociedad donde reine la justicia distributiva. Pongámoslo en los términos menos exigentes posibles: en tal sociedad al menos no deben prevalecer diferencias distributivas aberrantes.

juzga-el-mazo-de-la-ley-en-la-pila-de-monedas-56110619Pero justamente, las diferencias del salario de nuestros jueces en relación al de la mayoría de los ciudadanos son o (al menos en ausencia de un argumento muy fuerte en contrario) parecen ser aberrantes. Se sigue que un juez deudor de una injusticia estructural tal que lo pone en esa situación (acá estamos hablando de cuestiones estructurales, no de si tal o cual juez es una buena o mala persona) no está en condiciones de interpretar el derecho como debe ser interpretado, como una herramienta que nos permita acercarnos cada día un poco más a una sociedad justa. Simplemente sus intereses de clase le impondrán unas anteojeras tales que la neutralidad le será inaccesible.

Además pareciera que el cliente típico del sistema de justicia, sobre todo el imputado en una causa penal, siempre estaría en condiciones de interpelar al juez privilegiado: “yo estoy en la posición desaventajada en la que estoy, con todas las consecuencias que eso conlleva (violencia, desnutrición, falta de acceso a la cultura, etc., etc., etc.) justamente porque usted, señor juez, y gente como usted, está en la posición en la que está. Si cometí un delito, ello en parte tiene que ver con ese contexto. Sí, soy un sujeto libre y nadie me torció la mano, pero lo que hice, lo hice en un contexto que se explica en parte por el suyo. Yo cometí una injusticia puntual, un acto injusto. Pero usted, señor juez, sostiene con sus prácticas un sistema estructuralmente injusto. ¿Quién merece mayor reproche?”

Imaginemos un médico nutricionista que regala dulces a sus pacientes con diabetes, o un pornógrafo a favor de la censura…, la analogía es manifiesta.

Argumentos en contra: una concepción positivista del derecho. Si el derecho es un conjunto de normas y nada más que de normas, entonces, al menos en los casos claros, los jueces cumplen acabadamente su rol aplicando esas normas. No se requiere que sean sujetos moralmente solventes.

una_idea_mucho_arte_manos_dureroEl problema es que hay casos difíciles. Y si bien es cierto, como afirma Guastini, que “cuando se habla de razonamiento jurídico, casi siempre se hace referencia al razonamiento del juez, que se presenta, por tanto, como razonamiento jurídico por antonomasia”, o incluso que “entre los diferentes operadores jurídicos, los jueces son ciertamente quienes han desarrollado unos hábitos argumentativos más depurados”, también lo es que nuestros juzgadores siguen anclados a una concepción formalista y fundamentalmente legalista y apolítica, del derecho. Al abrazar la idea de que existe un modo especial de razonamiento en el que es posible distinguir tajantemente entre derecho por un lado, y moral y política por el otro, se sigue utilizando al derecho como una herramienta que cumple, básica aunque encubiertamente, una función persuasiva y hegemónica, convirtiéndose los jueces y funcionarios judiciales en los encargados de conservar y reproducir los beneficios que reporta a toda la clase privilegiada la existencia de una estructura social injusta. Así los jueces evitan comprometerse con la transformación de su realidad social, perpetuando arcaicos modelos de adjudicación donde la ley, el código, o la norma, tienen la última palabra. Esto les permite inmunizarse frente a cualquier crítica moral: su tarea es meramente aplicar la ley al caso. Pero el caso es que esta estrategia les impide ser congruentes y sinceros consigo mismos, y con el rol que deben cumplir dentro del sistema: interpretar el derecho en su mejor luz moral.

Una cosa más. Parece que los mismos jueces deberían estar interesados y luchar por dejar de ser unos privilegiados. Salir de ese estatus moral tan incómodo en que los pone la injusticia estructural de la cual son deudores es algo que va en su propio interés como sujetos morales. Jueces, adelante, ¡a luchar por sus derechos morales!

Evento: Una crítica a la enseñanza del derecho

Digo que escribo sobre abogados pero lo cierto es que escribo sobre enseñanza del Derecho. O son dos cosas muy relacionadas, o en el trasfondo siempre aparece este último tema. O algo así. No lo sé, pero creo que lo intuyo.

Desde el viernes pasado estoy en Córdoba (“la Docta”, según me enteran sus habitantes que así le dicen a esta linda ciudad Argentina), y mañana miércoles por la tarde en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad Nacional de Córdoba, habrá una charla-debate sobre educación jurídica desde una perspectiva más bien crítica.

Sinceramente lo que diga está demás pues me acompañan un par de cracks: Carlos Lista y Chicho Rossetti. ¡Ahí nos vemos!


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Dónde trabajan los abogados No. 12

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Un rastro es un matadero. Tradicionalmente un lugar dentro de una ciudad destinado a la venta de ganado. Todo bien. Pero que en el mismo espacio también se encuentre el lugar donde se administra justicia, antes que resultar extraño, me parece tan metafórico como coincidente. No hace falta decir más.

La foto es en el municipio de Guerrero, en el Estado de Chihuahua, México, y la obtuve gracias a mi mejor amigo el Charly Asúnsolo.

Caricaturas sobre teóricos del derecho. A propósito del día del dibujante

Me entero que el día de hoy, 10 de noviembre, acá en Argentina se celebra el día del dibujante. Aprovecho la oportunidad para publicar distintos retratos y caricaturas de diferentes teóricos del Derecho, o gente relacionada con el mismo, que por ahí he ido recopilando.

El orden de la lista no responde a ningún criterio. Reitero, es solo lo que me he venido encontrando a lo largo de varios meses. Feliz día a tanta gente tan creativa, que con sus manos dedica tiempo a hacer del Derecho algo menos gris y más colorido.


1. Luigi Ferrajoli

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2. Norberto Bobbio

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3. Ronald Dworkin

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4. Catherine MacKinnon

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5. Carlos Nino

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6. Boaventura de Sousa Santos

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7. Riccardo Guastini

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9. Hans Kelsen

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10. Gregorio Peces-Barba

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11. Roberto Gargarella

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11. Richard Posner

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13. Rudolf von Jhering

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14. Carlos Gaviria Díaz

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Aunque no propiamente juristas, acá la caricatura de algunas personas más que han contribuido a la cultura jurídica a través de sus obras:

John Rawls

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– Martha Nussbaum

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– Jacques Derrida

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– Pierre Bourdieu

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– Jurgen Habermas

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– Judith Butler

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– Michel Foucault

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– Hannah Arendt

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… Y el plus, un clásico ya dentro de la iconografía filosófica:

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Viñeta sobre el #LoveYourLawyerDay

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NON SEQUITUR (NO SE SIGUE)——————————————————-

-Desfile del día de aprecia a tu abogado-

“Ok… Si por la tarde la gente no ha salido a la calle a demostrarnos su apoyo, comienza a enviar las citaciones”


Viñetas sobre abogados.

¡Hoy es el día de ame a su abogado! Sobre el #LoveYourLawyerDay

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Primer viernes de cada mes de noviembre, el día en el que en Estado Unidos se celebrará el #LoveYourLawyerDay, algo así como el día de “Ama a tu Abogado”. Muy fuerte, tan fuerte que tengo poco que decir.

Amar es un verbo muy pero muy difícil. En España se quiere mucho, pero no se ama. Los gringos, mucho más prácticos, usan el “to love” para referirse a ambas acciones, amar y querer. Ya lo dijo el único príncipe al que respeto, José José, todos sabemos querer pero muy pocos sabemos amar. Me gusta el “to fall in love”, eso, precisamente, describe lo que, a mi consideración, refleja lo mejor del verbo amar, que es caerse, extraviarse, hundirse, o sea perderla por alguien. Te llevo para que me lleves, diría Cerati.

¿Amar a tu abogado? Yo la dijo maestro Ricardo Arjona, “los abogados saben poco de amor”…, pinches gringos muchas veces van más allá de los parámetros y la desmadran. En lugar de un día del abogado, como en muchos otros lugares, ahora hacen un día para amarlos. En fin, cada quien sus culturas, sus fantasmas, sus complejos, y sus mañas.

Screen Shot 2015-11-06 at 4.20.00 PMDesde hace unos días me enteré por Facebook de este evento, ayer me lo hizo llegar una buena amiga a través de un correo, y hoy traduzco el artículo. También se publicó algo en The Wall Street Journal (cuyo título evoca la malinterpretada y sacada de contexto clásica frase de Shakespeare), peeeeeeeero, lamentablemente ando muy cansado, medio enfermo, y un poco crudo, así que será después, ahora es nunca todo es nada si no descanso en tu mirada, diría otra vez Cerati. En cualquier caso mucho amor para todos, usen el amor como puente, da igual ejerzan o no la abogacía. ¡Salud!


Un día para externarle su amor a los abogados  / 3 de noviembre 2015

En caso de que no todavía no lo sepas, este viernes es el día de “Ama a Abogado”, sí, aparentemente es toda una acontecimiento, y así lo ha sido durante los últimos 15 años.

Sin embargo, este es el primer año que tal día ha sido reconocido por la American Bar Associatio (ABA), a través de su consejo de prácticas jurídicas, aprobando una resolución a finales de octubre que, de ahora en adelante, fijó esta celebración el primer viernes de cada mes de noviembre.

Todo lo sucedido fue anunciado por la  American Lawyer Public Image Association, una organización no lucrativa que se jacta de ser la única organización dedicada a promover una imagen pública de quienes ejercen la abogacía.

Fundada en 2001 por Nader Anís, un comerciante jurídico, esta organización es la fuerza impulsora detrás del día de “Ama a Abogado”, en la que se anima a todos en todo el mundo para publicar fotos y comentarios en Twitter, con el hashtag: #LoveYourLawyerDay profesando el profundo amor por los abogados. Dicho hashtag ya está siendo utilizado por varias asociaciones y barras de abogados, abogados y periodistas jurídicos. “La realidad es que los abogados son, en su mayor parte, vilipendiado en nuestra sociedad”, mencionó Nader Anís. “Este día se trata de reconocerlos, apreciándolos y dándoles las gracias”. Como parte de la celebración, Anís está llamando a todos a abstenerse de contar algún chiste sobre abogados, y en caso contrario, quienes lo hagan deben ser multados con 20 dólares y deben donarlos a una organización benéfica de su elección. “¿Por qué los abogados son diferentes de otras personas?”, dijo Anís. “Yo sé que la gente piensan que los abogados no tienen sentimientos…, pero sabes, estos también pueden salir heridos de sus sentimientos”.

Lea a continuación más información sobre la resolución de la ABA:

CONSIDERANDO, Que los abogados siempre han sido objeto de ataques verbales, despectivas representaciones y que la literatura está plagada de feroces ataques contra estos dese hace cientos de años; y

CONSIDERANDO, La encuentras A 2.013 del Pew Research Center que encontró que los abogados se encuentran entre las últimas diez categorías profesionales para “contribuir a la sociedad”;

CONSIDERANDO, Que, según una encuesta de 2014 de Gallup la percepción pública de los abogados en lo que respecta a la honestidad y la ética cuenta con una insatisfacción del 21%; y

CONSIDERANDO, Que las representaciones de los abogados en la cultura popular estadounidense, incluyendo la televisión y el cine, son en gran parte negativas, promoviendo un estereotipo negativo de estos operadores jurídicos en la sociedad … POR TANTO, SE DECRETA QUE la American Bar Associatio (ABA), a través de su consejo de prácticas jurídicas 

SECCIÓN 1. El primer viernes de noviembre será reconocido y celebrado el día de “Ama a Abogado”, un día para que el público pueda celebrar a sus abogados, expresar su gratitud por sus contribuciones positivas al bien común y la administración de justicia.

SECCIÓN 2. Se insta a los abogados de todo el país a celebrar el día de “Ama a Abogado” para ayudar a promover una imagen positiva y más respetada de los abogados y sus contribuciones a la sociedad, esto lo pueden lograr al proporcionar servicios legales pro bono a sus comunidades y con el apoyo caritativo en causas que promueve la administración de justicia .